Muchas personas deben de pensar que el juego de Sekiro creado por Hidetaka Miyazaki el creador de Dark souls, solo es un juego del montón donde simplemente es solo un juego difícil y eso seria todo, un juego difícil y ya la gente le gusta, algo que la gente ignorante dice y piensa cuando no se atreven aprobar uno de los GOTYS del año.
Darks Souls y Sekiro vienen con una premisa en términos de jugabilidad y es muy fácil de entender.
No te tratan como un niño.
Muchos juegos en los últimos años te tratan como un niño pequeño de 5 años que apenas sabe amarrarse los zapatos o comer por si mismo, algo que es insulto para los jugadores mas veteranos en estos temas, ya que toca obligatoria mente en la mayoría de juego para experimentar una verdadera diversión colocar una alta dificultad injusta simplemente para poder disfrutar un juego en estos tiempos.
Pero todo cambio cuando Darks Souls y Sekiro llegaron, y es que no vinieron a cambiar el genero de los vídeo juegos o vinieron a innovar en términos de jugabilidad, lo que trajeron es algo que muchos juegos deberían volver a traer, y es no tratar al jugador como una persona con IQ de Ajolote, y es que el juego no es injusto y tampoco difícil, el juego te trata como alguien que sabe las mecánicas que te ha enseñado en el tutorial y te trata como una persona que sabe que aprende de sus errores y sabrá que hacer en situaciones de alto riesgo.
El juego Sekiro que es la ultima obra de Hidekata Miyazaki es disfrutable en todo aspecto, donde todas las mecánicas del juego se toman en cuenta y no simplemente correr y saltar, este juego como debería ser la mayoría de juegos actualmente, te forzara a aprender todas su mecánicas si quieres avanzar, y no es que el juego sea complicado, simplemente el juego te trata como alguien que esta avanzando en su propio mundo, si ya pasaste del NIVEL 1 es que estas preparado para el NIVEL 2, y así seguirá aumentando naturalmente la dificultad de Sekiro.
Esos tipos de juegos te dejan marcado y te das cuenta de la maravillosa experiencia que es entrar en un juego donde la dificultad es real y no falsa.